lunes, 30 de marzo de 2009

Frente a la crisis del campo

Mientras las patronales rurales exigen que el gobierno atienda los reclamos del "campo", ellos no atienden los reclamos de sus trabajadores. Aunque de esto se habla muy poco, y aparece relegado a nivel mediático, han comenzado los despidos de trabajadores rurales.
Grobocopatel, el líder de los pools de siembra, acaba de anunciar su decisión de desprenderse del 10 por ciento de su personal. Otros pools, como El Tejar, Cazanave y Asociados, y MSU, plantean que es inevitable la reducción del área sembrada y las cesantías. Lo mismo ocurre en otras explotaciones de menor magnitud, que se están deshaciendo de sus trabajadores, incluso con antigüedad. Los despidos no aparecen en las estadísticas porque se trata, en una gran proporción, de trabajo en negro.
Uatre (el sindicato de los trabajadores rurales) actúa en complicidad con la patronal. El Renatre, organismo encargado de fiscalizar el trabajo en el campo, deja pasar los atropellos patronales. El régimen de 8 horas no se respeta y la realidad de los trabajadores del campo - peones, encargados, capataces- es de servidumbre (también realizan quehaceres domésticos.

Un proceso similar se verifica entre los trabajadores urbanos radicados en los distritos agrarios.
Los capitalistas han respondido con despidos de contratados, suspensiones, reducción de extras, no renovación de contratos a pymes, tercerizadas de las empresas más grandes, como el caso de Cerro Negro (Olavarría). En Coronel Suárez ya se habla de despidos en Indular, propiedad de la brasileña Vulcabrás, que paga salarios entre 1.000 y 1.200 pesos. Una importante movilización popular detuvo momentáneamente los despidos en Cerámica San Lorenzo, una planta de Azul que pertenece a una multinacional de origen belga. Metalúrgica Tandil anunció que trabajará entre dos y cinco días por mes por lo menos hasta junio. Sus obreros cobrarán el 50 por ciento del sueldo más 300 pesos que les otorgó el Concejo Deliberante.Los gobiernos comunales echan nafta al fuego con aumentos de tasas y congelamiento del sueldo de los trabajadores municipales.
La burocracia sindical sigue con una política pérfida de división entre trabajadores de planta y contratados, ocultamiento de la crisis y adaptación a los planteos patronales. En Tandil ya se conformó un Comité de Crisis, y el intendente, el radical Miguel Lunghi, tiene un proyecto de ordenanza para conformar un Consejo Económico y Social con la patronal, la burocracia y la Iglesia. Otros municipios se proponen imitarlo.

Son los chacareros pequeños y medianos quienes con más vehemencia plantean la supresión o rebaja de las retenciones y la devaluación. A medida que la crisis avanza, esta legión de productores se aferra a ese programa como a una tabla salvadora, y eso refuerza sus nexos con la Sociedad Rural, la Carbap y la gran patronal del campo. La preservación de este frente común se expresa en la Comisión de Enlace.
¿Pero, esa vía representa una salida?
El negocio agrario está manejado por pulpos y grandes corporaciones. A los terratenientes y fideicomisos agrarios les quedará el mayor beneficio de una eliminación de las retenciones. Otra gran tajada se la llevan los grandes proveedores de insumos (Monsanto, Nidera, etc.), los pulpos comercializadores (Cargill, Bunge y Born, Dreyfus), los pools de siembra y los bancos. La renta del suelo, la financiera y la comercial acapara la parte más sustancial del beneficio agrario.
Tampoco se salvan quienes venían arrendando sus tierras. Este sector constata cómo el valor de los alquileres se va comprimiendo (en algunas zonas se ha derrumbado hasta un 50 por ciento). Pero tampoco están en condiciones de ponerlos a producir por su cuenta. No tienen ni los recursos, ni el capital, ni el crédito para hacerlo y no están en condiciones de competir con las grandes explotaciones; en especial, ahora que asistimos a una caída de los precios y la demanda.
El sector de chacareros que explota su tierra y alquila otras (capitalismo rural) se refugia en la sojización. Es el cultivo más rentable a pesar del derrumbe de los precios, porque aún están por encima del promedio histórico y han bajado relativamente los costos de los insumos. Los chacareros esperan obtener una reducción de costos adicional no rotando el cultivo, lo cual agota la tierra.
La patronal exportadora -la grande y la pequeña- reclama y presiona, además, por la mega-devaluación (el gobierno ya aceleró la mini-devaluación). Pero el comercio mundial se está desplomando y con él la salida exportadora.
La actividad sojera es (más que otras actividades) un proceso financiero (endeudamiento y renta a futuro). Los exportadores, acopiadores y bancos se financian en el mercado internacional y lo mismo ocurre con los proveedores de insumos, que financian al sojero y refinancian ese préstamo en el exterior. El derrumbe del campo es, antes que nada, la consecuencia del desplome financiero mundial. La devaluación encarece las deudas y acentúa la baja de los precios en el mercado internacional. Un tendal de chacareros (ya sean propietarios o rentistas o una combinación de ambos) se verá forzado a malvender sus campos, sus maquinarias y sus activos.
El reclamo sojero es, por otra parte, un ataque en regla al ya destruido consumo popular, e implica un hundimiento mayor del mercado interno. En otras palabras, socava la única salida realista, capaz de permitir una auténtica reactivación de la economía y un desarrollo de las fuerzas productivas.

El gobierno K con los pulpos

La política de los K es aún más catastrófica. La aplicación de las retenciones tiene por objeto pagar la deuda externa y hacer frente a la amenaza de ‘defol'. El achicamiento de los ingresos del campo que resulta de esas retenciones afecta, por sobre todo, a la pequeña y mediana patronal, que debe pagar préstamos y arrendamientos, y que no tiene manejo de los precios en los mercados a término. El gobierno ha provocado una rebelión chacarera para pagar a los usureros internacionales, no para ‘redistribuir ingresos' a los trabajadores.
El abaratamiento relativo de los alimentos por medio de restricciones a las exportaciones de carne, trigo o leche no ha beneficiado a los trabajadores sino al capital (agrario, industrial o financiero), que se ha servido de él para pagar salarios relativamente más bajos.
Si fuera un gobierno realmente popular o nacional (capitalista) habría nacionalizado el comercio exterior y la banca, y establecido una industria estatal de insumos, asegurando de este modo un desarrollo social más amplio de la explotación agraria.

Surge con claridad que el agro, al igual que el conjunto del país, necesita ser objeto de una reorganización sobre nuevas bases sociales.
En el interior, todo está por hacerse. La infraestructura habitacional, escolar, sanitaria y de servicios es pésima o inexistente. En las zonas rurales las escuelas están desabastecidas, y la atención de salud no existe. Ciudades enteras envejecen por la emigración de los jóvenes, expulsados por la falta de empleo. Los años de "bonanza" no dejaron una sola industria que procese localmente los productos del agro. La política del gobierno nacional, del provincial y de los municipios no hace sino agravar esa situación con el cepo salarial, las suspensiones, los despidos, los tarifazos y el aumento de las tasas e impuestos.

Planteamos:1) Prohibición de suspensiones y despidos. Que se repartan las horas de trabajo con salarios al 100 por ciento.2) Derogación del estatuto del peón rural. Convenio laboral discutido en paritarias con delegados electos por los trabajadores.3) Aumento salarial a los trabajadores municipales. Derogación de la 11.757. Paritaria provincial y básico inicial igual a la canasta familiar.4) Derogación del tarifazo, los aumentos de impuestos, tasas y boletos.5) Nacionalización del comercio exterior, de los monopolios de insumos, de la banca, y de los monopolios procesadores de los productos del campo. Sólo así los chacareros tendrán acceso al crédito y evitarán la intermediación de los monopolios que se quedan con la parte del león de la renta.6) Expropiación sin pago de las grandes propiedades y el gran capital agrario, facilitando su explotación pública o entregando la tierra para su explotación bajo la forma de arriendo. El Estado tiene que subsidiar a los pequeños productores sin capacidad financiera para que puedan mantener su estructura familiar. Darles cobertura de salud y garantizarles la jubilación.7) Por un plan de producción agropecuaria que, en primer lugar, garantice la alimentación del pueblo trabajador, preserve los recursos naturales y esté al servicio de un plan de industrialización.Por un Congreso obrero, de los trabajadores de la ciudad y del campo, que impulse una salida anticapitalista al colapso que enfrentamos.

Pablo Heller y Guillermo Casas

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lunes, 16 de marzo de 2009

EL MST DICE:

Hay otra salida

La presidenta bajó el copete. La semana pasada, sorpresivamente, pareció en la reunión del gobierno con el campo diciendo: “Tenemos que acordar y que ese acuerdo forme parte del acuerdo económico y social”. Así, después de un año de disputa, empezó a negociar con los representantes de las entidades agropecuarias.¿A qué se debe el cambio? Los Kirchner se sienten débiles. Muy débiles. Nada les sale bien. Las iniciativas políticas que encaran no dan resultado. Cada vez se les cree menos y pierden apoyo popular. Hay importantes luchas contra sus medidas de ajuste y los abandonan viejos socios políticos. El país está azotado por la pobreza y la desocupación. Se está terminando la “época de vacas gordas” que les mantenía la billetera siempre llena, por eso, además de “tomar” fondos de donde sea, están negociando con el FMI y los organismos internacionales, por los pagos de la deuda externa y por nuevos préstamos.

Y, como si todo esto fuera poco, el Frente Justicialista para la Victoria se comió una soberana paliza en Catamarca. No es sólo una cuestión electoral, con la derrota quedaron sepultadas dos muletillas fundamentales de los Kirchner en el poder. Podrían levantar una lápida con las fotos de Ramón Saadi, Luis Barrionuevo y la inscripción “Aquí yacen los restos del verso de “la nueva política” y “el progresismo en el gobierno.”.Que hayan bajado el tonito no implica cambios estratégicos ni bandera blanca de rendición. Por el contrario, el discurso de la presidenta en la apertura de las sesiones parlamentarias demuestra que el kirchnerismo sigue reivindicando su gestión con soberbia y con un atroz alejamiento de la realidad.

El discurso en el Congreso, pintó una Argentina irreal. No tuvo como objetivo proponer medidas contra la pobreza, las suspensiones y despidos, ni los bajos salarios, sino que fue una tozuda reivindicación de lo actuado hasta el momento. Frente a una audiencia interna, con el Frente para la Victoria en minoría y una concurrencia externa escasa, a pesar de los esfuerzos del aparato sindical, la presidenta se explayó improvisando, mintiendo y proponiendo salidas que no sirven para nada. Veamos algunos ejemplos.Crisis económica mundial y patronales. “Deberá regularse definitivamente a nivel global el sistema financiero…”. “Necesitamos empresarios inteligentes que entiendan que es necesario apuntalar este esfuerzo…” Cuando el capitalismo demuestra que sólo trae crisis, hambre y miseria, Cristina quiere un capitalismo regulado, como si semejante utopía fuera posible.

Hay otra salida: que la crisis la paguen los banqueros, los financistas, los usureros y los patrones, no los trabajadores y el pueblo. Hay que abrir los libros de las empresas para conocer su real situación, hay que terminar con las siderales ganancias de las patronales y las empresas privatizadas y aplicar una máxima: empresa que cierra, empresa que se expropia y se entrega a sus trabajadores. Son sólo algunas de las medidas socialistas transicionales que hay que aplicar.

Conflicto con el campo. “Si la resolución 125 estuviera vigente la alícuota de los derechos de exportación sería inferior a los vigentes”. Acá está el problema, las retenciones K son iguales para todos los productores, para los grandes terratenientes y para los pequeños chacareros. Y la 125 profundizaba esa brutalidad. Para regular el mercado de granos amenazaron con organismos mixtos, intervenciones, etc. Hasta ahora, se vienen demostrando como simples amenazas para que los productores vendan la cosecha de soja, exporten y los Kirchner inflen su caja con las retenciones. Hay otra salida: cobrar retenciones diferenciadas, aplicar una profunda reforma agraria en todo el país y nacionalizar el comercio exterior, asegurando el ingreso de todas las divisas producidas por la venta de exportaciones.

Jubilados. “He tenido el honor de ser la presidenta que envió a este parlamento, para su tratamiento, la ley de movilidad de haberes de pensionados y jubilados”. Cristina no tiene vergüenza. Los jubilados y pensionados son uno de los sectores más postergados en la historia argentina, siempre cobraron migajas y hasta fueron víctimas del curro de las AFJP. Más allá de sus dichos, los Kirchner, aún con algunos aumentos otorgados, no cambiaron la mala situación de los jubilados, que no llegan a cubrir sus necesidades más elementales de subsistencia y salud.
Hay otra salida: pagar, en forma inmediata, el 82% móvil y que los fondos jubilatorios sean manejados y controlados por los trabajadores y los beneficiarios, sin ser utilizados para engordar la caja de los Kirchner.

Aumento salarial a los docentes. “Las medidas de fuerza perjudican a la educación y a los chicos…” Lo que perjudica a la educación y a los chicos es el bajo presupuesto educativo, que las escuelas se caigan a pedazos y que los sueldos docentes no alcancen; ante lo cual, no sólo son responsables los gobernadores, como dice la presidenta, también lo es el gobierno nacional. La solución no es tirarse contra los que luchan. Hay otra salida: aumentar el presupuesto educativo, el salario de los docentes y de todos los trabajadores, de manera que alcancen para cubrir el costo de la canasta familiar y se actualicen con cada variación de los precios.

Los Kirchner preparan y aplican nuevas trampas. No se puede esperar nada del embudo al que quieren llevar los reclamos políticos y sindicales, con sus aliados en el poder y la burocracia sindical: el Consejo Económico y Social y los procedimientos preventivos de crisis.El Consejo es una instancia en la que pretenden imponer su política, por la vía de intentar un gran acuerdo de los que tienen el poder: los patrones y los poderosos. Las luchas, los paros y las movilizaciones son el mejor "consejo" para resolver los problemas de los trabajadores y el pueblo.Los procedimientos de crisis, son una herramienta para canalizar la política de suspensiones y despidos, no para evitarlos. Una ley prohibiendo las suspensiones y despidos, aplicando sanciones y expropiaciones a las patronales que desobedezcan, sería una salida favorable para el movimiento obrero.Mientras miles y miles de argentinos los repudian, parece que sólo el matrimonio K ignora que su modelo económico y político no va más. Los Kirchner no son la nueva política ni el progresismo, son el justicialismo de siempre. El modelo del PJ está perimido, pero no hay una opción de cambio verdadero que pueda llegar de la mano del PJ “opositor” de Solá, de Narváez y Macri (Pro). Tampoco son alternativa los radicales en todas sus versiones: Carrió, Morales, Cobos y sus socios.Es hora de construir una herramienta distinta, amplia, ni sectaria ni oportunista, firmemente anticapitalista.

Es hora de poner de pie una Nueva Izquierda para enfrentar a los partidos patronales y apoyar las luchas en curso. Es falso que no haya otra salida. Desde la izquierda proponemos luchar todos los días por las necesidades cotidianas y por cambios de fondo. Es la pelea que damos desde el MST y de la que esperamos formes parte.

jueves, 5 de marzo de 2009

PALABRAS DESDE TARTAGAL

Nos llegó a nuestro correo y nos solicitan que lo publiquemos, aparte es muy interesante.

Noemí Cruz, Coordinadora de la Campaña de Bosques de Greenpeace en el Noroeste Argentino, comparte su testimonio de lo que vio y sintió en su visita a Tartagal, después del alud.


Mi primera impresión en la cima de una palizada fue de desazón. Desde allí se ve al río herido por tanta maquinaria que orada en su base, los árboles arrastrados que ya son residuo muerto.
La gente, que quedó con lo puesto, palea el barro de las casas, el sol levanta un vapor pestilente. Hay mosquitos hambrientos, animales muertos aún tirados y gente desaparecida.
Allí anduve en los pozos dejados por el alud. Poco después me indicaron retirarme de la zona por el riesgo de explosivos provenientes de las empresas petroleras que fueron arrastrados por el alud. Ya habían desactivado algunos encontrados y decían que hasta un celular podría detonarlos. Además, con mis pies descalzos, como los del resto, estaban expuestos a las víboras.
Nuestro objetivo era mostrar cómo la deforestación de las cabeceras ha agravado el aporte de material del alud. La tala ilegal y los “descabezamientos” de cerros hechos por las petroleras, son grandes responsables del desequilibrio del río. La falta de controles ambientales, la planificación urbana inadecuada y el ordenamiento de bosques deficiente que postula la provincia, posibilita que un evento como este se repita cada tanto.



Tartagal…



A los catorce años, yo conocí a los Chané y sus hermosas máscaras, cerca de la ruta 86, los admiré andando a pie en las sendas de brasa, y los vi cuando sobre una cuesta, ellos se fueron al atardecer, llevando grandes hojas de tártago a modo de sombrillas sombreando sus rostros redondos.
Esta vez ya no los vi. Ese lugar es una extensión alfombrada de soja, y desde allá se puede ver el silencioso horizonte. La cuesta es un barranco que avanza cada año llevándose la escasa tierra empobrecida que les queda a los wichi de Misión San Benito.
A los pocos y raquíticos tártagos de la orilla, y a quienes pasen por ahí, los fumigan para que no molesten la soja.
El agua contaminada que escurre por falta de raíces que la dirija, llevada por canales, va a parar a la comunidad San Benito, que está justo al lado del desmonte, que antes era pródigo monte que les daba alimento.
Para llegar a sus casitas de plástico, que antes eran de paja que ya no crece, debimos cruzar un portón con candado, del cual el cacique tiene llave. Un tal Estrela cerró el campo de soja con los wichi dentro.Una vez allá, a sólo 7 Km. de la ciudad de Tartagal, tratamos de documentar pruebas sobre la afectación de los desmontes para la audiencia de la Corte Suprema de Justicia, que se hizo en Buenos Aires.
Allá llegué, en representación de Greenpeace, acompañando a Reynaldo, cacique de Misión San Benito. Monitoreamos y documentamos el avance de la erosión y la remoción del suelo por falta de cobertura vegetal en la cuenca del río Tartagal. Casi 5.000 ha de soja cubren esta zona, son desmontes sin cortinas, hechos por Juan Estrela y al lado los de Juan Kutulas.
Mientras andamos por el campo, un avión pasa fumigando encima nuestro, más tarde se nos fumiga también por vía terrestre. A ellos no les importa que los wichi vivan allí al lado, lo que si importa es que la soja crezca sana.
Me siento impotente de solo ser yo. Sin embargo, siento que ellos saben que a nosotros nos importa su penuria. Estamos a su lado para intentar cambiarla. Pienso entonces en “nosotros”. Tal es el calor que hasta el mismo sol resopla, me da en la cara para despertarme y sé claramente que no soy solo yo.
Entonces… vuestros alientos están allí, y mis pies son más firmes en el barranco.





NOEMI